Hoy he visto este video por televisión y me ha llegado al corazón. Me ha
emocionado particularmente su monitora y la carta que le escribe a su compañero … es increíble cómo se te van metiendo
"por las venas". Yo recuerdo con cariño una alumna que tuve con el síndrome de
Kabuki. Recuerdo lo contentas que nos pusimos como con cuatro años empezó a dar
sus primeros pasos sola, sin ayuda, y cambiaba los ruidos por palabras con
sentido. Cuando yo estuve de baja su madre me contó que cogía su teléfono de
juguete y me llamaba para preguntar cuando volvía.
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