Hace poco tiempo me encontré una noticia en un blog que me llegó al corazón:
Don Andrés fue mi maestro de Educación Física (junto con Doña Pilar); con él descubrí el atletismo. Hacíamos de todo: cross, campo “a través”, salto de longitud, velocidad, obstáculos, marcha deportiva (mi disciplina durante unos años), salto de altura (siempre pensé que con lo bajita que era me iba a pegar unos tortazos...en mi imaginación veía la ambulancia llegando al colegio..je,je). Incluso animó a los padres a implicarse en el deporte: cross, maratones, etc.
Me emocionó porque hablaba del agradecimiento a un maestro que había dedicado tanto tiempo a nosotros (sus alumnos), tantos sábados acompañándonos a competir; con sus fallos y sus aciertos porque eran otros tiempos.
Es bonito encontrar el agradecimiento en un momento donde hay tantas “zancadillas". Te vas volviendo fuerte y aprendes qué es lo realmente importante: el abrazo que te dan tus alumnos, sus sonrisas, esos ojos que les brillan cuando les lees un buen libro, esos dibujos que ya no caben en la puerta de tu nevera, cuando han entendido algo que antes les costaba, las caritas que ponen cuando han hecho algo de lo que se sienten orgullosos, cuando te dicen que te quieren o que te han echado de menos, cuando recibes un email o una carta dándote las gracias… Aunque a veces...uno se plantee cambiar de carrera profesional o dejar de enseñar a niños (¡y te encantan!).
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